martes, 26 de octubre de 2010

A 13000 millones de años luz

Una galaxia descubierta a 13.000 millones de años luz de la Tierra es el objeto más lejano y antiguo del Cosmos, un récord que los científicos esperan superar en pocos años



Un mínimo punto de luz, casi invisible, indetectable durante miles de millones de años, aparece de pronto en el fondo negro del Universo. Esa pequeña nota luminosa es el objeto más distante jamás detectado, una galaxia de complejo nombre bautizada como UDFy-38135539, cuya luz ha tardado 13.000 millones de años en llegar a la Tierra. Ningún cuerpo celeste más lejano ni más antiguo ha sido visto jamás por el ser humano.

A medida que las técnicas de detección se han ido desarrollando, los astrónomos han sido capaces de encontrar objetos cada vez más lejanos en el espacio; galaxias, estrellas o quásares que aparecieron apenas unos cientos de millones de años después de la gran explosión del Big Bang, cuando el Cosmos, mucho más pequeño era muy diferente del que hoy conocemos, y ni siquiera existía la Tierra.

La galaxia fue detectada por primera vez por la nueva Cámara de Gran Angular 3 (WF3) del telescopio espacial Hubble en 2009. No ha sido nada fácil dar con ella, ya que su luz, emitida tan sólo 600 millones de años después del Big Bang, ha llegado a la Tierra de forma extremadamente débil, en gran parte porque hasta esa época una densa nube de hidrógeno neutro cubría casi todo el Universo.


«Estamos asistiendo, si no a la primera generación de estrellas, a una de las primeras que aparecieron en el Universo, y eso tiene un impacto cosmológico muy fuerte», explica Miguel Mas Hesse, investigador del Centro de Astrobiología (INTA-CSIC). La carrera de hallazgos ha sido impresionante en los últimos diez años. La última galaxia ha desbancado en el puesto de objeto más lejano a una estrella descubierta el pasado año, cuya muerte en forma de estallido de rayos gamma, una potente explosión de energía, llegó a la Tierra tras viajar también cerca de 13.000 millones de años.

Ahora, los científicos se enfrentan a un reto aún mayor, descubrir objetos de un tiempo incluso anterior, cuando el Universo entero no tenía más de 500 millones de años, estructuras que pertenecen al final de la llamada «edad oscura», la época tras la que aparecieron las primeras estrellas y de la que se aún se sabe muy poco. «Estamos seguros de que en los próximos años, con los instrumentos que ya tenemos -entre ellos destaca el Gran Telescopio de Canarias-, vamos a ser capaces de alcanzarlo», augura Mas.

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