La escena se ha hecho tan habitual, que los astrónomos aficionados de todo el mundo ya están acostumbrados. Sin embargo, esos destellos siguen sorprendiendo a incontables observadores casuales (entre los que me incluyo). El nombre de esta misteriosa luz, que ya no lo es, se llama Iridium.
Este es el nombre de una constelación de satélites artificiales (66 en total) que giran sobre la Tierra.
Sólo hace falta ingresar la ciudad del observador e inmediatamente, aparecerá una tabla con fechas, horas (con precisión de minutos y segundos), puntos cardinales y altura sobre el horizonte.
La flota de satélites seguirá chisporroteando alegremente en los cielos de todo el mundo.
Los Iridium son un bello espectáculo que alguna vez tendrás que verlo si no lo has hecho ya.
Merece la pena.
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