martes, 6 de julio de 2010

De Ptolomeo a Copérnico


Con el paso de tiempo, las ideas de Aristóteles empezaron a agrietarse bajo la ingente cantidad de observaciones acumuladas. Los planetas observados tenían movimientos inexplicables respecto a la esfera celeste: disminuían la velocidad, volvían a moverse en el sentido “correcto” dibujando a veces anillos… Era necesario revisar el modelo aristotélico. Y de ello se encargó Claudio Ptolomeo (100 d.C.–170 d.C.). Este afirmó que la Tierra era esférica y que estaba en el centro del universo, que el cielo, también esférico, rotaba alrededor de un eje fijo movido por una esfera exterior carente de estrellas equinoccios y los movimientos “extraños” de los planetas bastaba con añadir otras esferas o, como indicaba Apolonio casi 200 años a.C., añadir nuevos círculos de rotación: esferas excéntricas, epiciclos, epiciclos de epiciclos… El espacio que rodeaba la Tierra se llenó de engranajes.

A Ptolomeo tampoco le interesó que el modelo geocéntrico del universo correspondiera a una realidad física: él definió su complicado sistema como un “útil instrumento matemático” para calcular las posiciones planetarias. Resulta cuerioso que esta misma definición se usara para divulgar la hipótesis opuesta sin suscitar las críticas de eclesiásticos y tradicionalistas. También resulta extraño que Ptolomeo prefiriera perfeccionar el modelo de Aristóteles, haciéndolo mucho más complejo, en lugar de adoptar el modelo sencillo en innovador de Aristarco. Si sólo buscaba in instrumento matemático, el de Aristarco era mucho más fácil de usar y habría cambiado la historia. Después de Ptolomeo se perdió hasta el recuerdo de la hipótesis heliocéntrica y, a pesar de que la suya fuera solo “sólo una hipótesis matemáticas”, durante más de 1300 años se creyó que la Tierra era inmóvil y que estaba en el centro de un universo movido por círculos complicadísimos. No obstante, escribió Mathematikè sintaxis (“Síntesis matemática), al que los árabes llamaron al-Magisti, quizá por derivación del griego e meghiste (“el más grande”), conocido en la Edad Media como Almagesto. Se trata de una obra monumental, donde Ptolomeo reorganizó toda la astronomía del pasado. Gracias a su inmenso trabajo conocemos gran parte de lo que sucedió en los siglos anteriores. Sintetizando y perfeccionando las ideas de Apolonio e Hiparco y completando los cálculos con los resultados de su investigación, elaboró un sistema teórico que se adaptaba a las observaciones. “Su” universo estaba movido por 40 ruedas que se movía al unísono, como si se tratara de un inmenso reloj mecánico que, con el tiempo, acumulaba pequeños errores, que se arreglaban actualizándolo de vez en cuando.


Sólo un gran matemático podía construir una obra tan enorme y compleja, razón por la que sobrevivió al paso del tiempo y por la que, a lo largo de los siglos, el sistema geocéntrico se ha conocido como “sistema tolemaico”. Después de Ptolomeo, tener una idea distinta sobre el universo resultó casi imposible. El Almagesto es tan complejo que simplificarlo significaba obtener resultados erróneos. Además, la hipótesis tolemaica gustaba mucho a los cristianos, cuyo poder era cada vez mayor: era lógico que el planeta creado por Dios para el hombre se hallara en el centro del universo. Lo que Ptolomeo concibió como un instrumento matemático se convirtió en dogma y en una hipótesis que era peligroso contradecir.


Hubo que esperar a que otra mente con la capacidad de Ptolomeo invirtiera esa perspectiva, simplificara el panorama y destruyera ciclos, epiciclos y círculos excéntricos; esperar a que un gran astrónomo recogiera una masa ingente de datos muy precisos y a que un gran matemático libre de prejuicios os elaborara y hallara pruebas objetivas de la validez de una nueva hipótesis. Hubo que esperar a que otro astrónomo con la suficiente valentía impusiera esta nueva idea al mundo científico, desafiara a las autoridades eclesiásticas y revolucionara el modo de observar la naturaleza. Hubo que esperar más de mil años para que Copérnico, Brahe, Kepler y, sobre todo Galileo revolucionaran la astronomía.


Fuente: Atlas ilustrado del Cielo

1 comentario:

Anónimo dijo...

Lo admito, no he estado en esta página web en mucho tiempo ... sin embargo, fue otra alegría al ver que es un tema tan importante e ignorado por muchos, incluso los profesionales. Le doy las gracias para ayudar a hacer que la gente más consciente de los posibles problemas.